Se dice que cuando Enoch ascendió hasta el mundo del cielo, con Dios, se convirtió en el Ángel de la vida eterna. Él, en vida fue capaz de ser una de las grandes maravillas terrenales, ofreciendo remedios que crearon la sanación, la eliminación de los males y también los primeros conocimientos que dieron lugar al pensamiento.
Puro defensor del bien, siempre ha sabido dedicarle tiempo a todo aquello que ha comunicado cuales son los beneficios de aliarse a las buenas energías y a las Entes espirituales. Se le atribuyó una gran inteligencia que ayudó a descubrir la ley natural de la benevolencia, la compasión y también el perdón.
El sacrificio y la humildad fue uno de sus filtros más especiales, para enseñar lo importante que es rendirles tributo con el alma y el corazón puro a los Dioses, así como a los Ángeles para que nos aporten una buena guía y una excelente puerta hacia el descanso divino.
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